dijous, 24 de desembre del 2009

LOS HIJOS DEL SOL

20/11/2009 Tribu de los Dassanech, región de Omorate. Etiopia
(Extracto de mi libreta de notas de viaje)

Vuelvo a escribir desde el mismo bar donde manché las últimas páginas de esta libreta. Hemos pasado dos días y dos noches en el poblado de la familia de Debebé, justo al lado del río. Viven en chabolas fabricadas con chapa y troncos pero duermen fuera de ellas cuando las noches son calurosas (casi siempre).
Contaminación lumínica inexistente, lo que supone uno de los mejores panoramas estelares que había visto jamás. Espléndidas puestas de sol (sol, “Ado” en su idioma). Los primeros rayos del día también lucen con una fuerza especial.

Ayer tuve la lucidez de acompañar a Xerelé a pastar sus vacas por el campo durante todo el día. De sol a sol, despidiéndonos de su familia cuando el sol empezaba a sonreír (12.30 en el calendario Etíope), no sin antes tomar pura leche de oveja natural recién ordeñada para coger fuerzas, y volviendo a casa justo antes de perder los últimos destellos solares, cuando la madre prepara la cena para los suyos.

Xerelé, el pequeño gran hombre, es un niño de sonrisa sincera y mirada penetrante a pesar de tener tan sólo 12 años. Es el encargado de cuidar las vacas(sagradas) que posee su familia, todas ellas con la cicatriz de origen y nombre, que reconocen al escucharlo de su audaz pastor.

Anduvimos cerca de 15 Kms bajo el sol ardiente a través de los áridos campos de pasto de la región de Omorate, a lo largo de la inmensa sabana, dónde las finas sombras de los pocos árboles que hay cobran un valor impagable. Es allí dónde reposa Xerelé y los demás jóvenes pastores mientras sus vacas se alimentan por los castigados campos de tierra fértil. En esos momentos empiezan las inocentes conversaciones entre los pequeños sabios de la naturaleza. También aprovechan la tierra fangosa que se forma bajo las sombras para moldear figuritas con la ayuda de su propia saliva, creando piezas de arte únicas, que nunca nadie tendrá en el salón de su casa.

Estos pequeños héroes desconocidos son exageradamente jóvenes bajo la mirada occidental pero más que suficientemente fuertes, maduros y experimentados para mantener a sus respectivas familias y abordar el rol más importante de su tribu. Se alejan cada día de su casa (sin excepción, a menos que enfermen y necesiten reposo) con un sólo palo de madera, unas sandalias hechas de tiras gastadas de neumático y una tela de colores enrollada en forma de falda cómo uniforme de trabajo, a pecho descubierto. No llevan nada más, absolutamente nada más.

Pasan el día en la naturaleza, sin comida, beben de los charcos de agua fangosa que encuentran por el camino, los animales se hidratan junto a ellos. De hecho, ellos también son animales. Son fuertes, resistentes, valientes. De corta edad, pero hace tiempo que dejaron de ser niños, son hombres. Hombres de verdad.

De físico estilizado, pura fibra, piernas altas y delgadas. Piel oscura, aclarada por el polvo, miradas sabias y sencillas. Conocen todos los secretos de su entorno natural, el nombre y las funciones de cada planta, los animales, saben la hora con tan sólo observar la posición del sol y la intensidad con la que castiga… Así son ellos. Así son los hijos del sol. Poseedores de una resistencia física y psicológica casi inhumana ganada a base de sacrificio y coraje.

Caminan más de once horas diarias (a veces hasta 20 kms al día) en busca de los mejores pastos para sus rebaños, un juego en el que las dos partes implicadas cooperan entre sí, ofreciendo comida una a la otra y viviendo conjuntamente, de animal a animal, con el máximo respeto. Viven juntos, son familia.

Mi más mayor admiración y respeto hacía ti, Xerelé. Un homenaje para los hijos del sol. Héroes silenciosos.

2 comentaris:

  1. Eiii míster!!

    És un dels teus millors escrits (des del meu humil parer) perquè sens dubte emana i té molta força.
    No cal que et digui que tens un do molt important del qual n'has sabut treure-li partit. ;)

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  2. Que vida no? y ellos son felices, la verdad es que cuando veo cosas asi me sorprende que todavia nos quejamos cuando no podemos tener tal o cual perfume, o tal zapato, no se, es solo una reflexion.
    un saludo!
    es un blog muy interesante!

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